Acordaos, oh Sagrado Corazón de Jesús
de todo lo que habéis hecho para salvar nuestras almas, y no las dejéis perecer.
Acordaos del eterno e inmenso amor
que habéis tenido por ellas. No rechacéis estas almas que vienen a Vos, agobiadas bajo el peso de sus miserias, oprimidas de tantos dolores.
Conmovéos a la vista de tanta debilidad;
de los peligros que nos rodean por todas partes, de los males que nos hacen suspirar y gemir. Llenos de confianza y amor venimos a vuestro Corazón como al corazón del mejor de los padres, del más tierno y compasivo amigo.
Recibidnos, ¡oh Corazón Sagrado!
En vuestra infinita ternura, hacednos sentir los efectos de vuestra compasión y vuestro amor. Sed nuestro apoyo, nuestro medianero cerca de vuestro Padre; concedednos la fuerza en nuestras debilidades, consuelo de nuestra penas y la gracia de amaros en el tiempo y de poseeros en la eternidad. Amén. |
jueves, 17 de noviembre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario